Lectura del santo evangelio según san Mateo
5, 20-26
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Si no sois mejores que los
escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se
dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero
yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno
llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín,
y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si
cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu
hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete
primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu
ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras
vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil,
y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas
pagado el último cuarto. »
Reflexión del Evangelio de hoy
Y
empezó a diluviar
Dios
que hizo el milagro de crear el universo, el milagro de crearnos a nosotros a
imagen y semejanza suya, el milagro de enviarnos a su Hijo hasta nuestra tierra
para iluminar nuestra vida, que dio el poder a Jesús de curar a los enfermos
que acudían a él… hizo el milagro de escuchar la oración de Elías y concederle
la lluvia que le pedía.
Aunque
también hay que decir que Dios no reparte milagros sin más. Cuando Jesús fue
tentado en el desierto no hizo ninguno de los tres milagros que le pedía el
tentador.
Claro
que Dios y su hijo Jesús pueden seguir haciendo milagros… pero todo da a
entender que los milagros que más les gustan que les pidamos, y hacernos caso,
son los que le necesitamos para caminar por el camino que él anduvo, para
conseguir ser buenos seguidores de Jesús, nuestro Maestro y Señor, los que nos
llevan a vivir una vida más humana y más divina.
Vete
primero a reconciliarte con tu hermano
Nadie
como Cristo Jesús en sus enseñanzas sobre el amor ha destacado tanto la unión
total entre el amor a Dios y el amor al prójimo. Es claro y rotundo. No se
puede amar a Dios si no se ama al hermano. No se puede estar a bien con Dios si
se está a mal con el hermano. No se puede llevar una ofrenda al altar de Dios y
llevarse mal con un hermano. Hay que reconciliarse primero con el hermano para
poder acercarse a Dios con la ofrenda.
Todo
en Jesús tiene su lógica, la lógica de Jesús. La lógica de la paternidad de
Dios y la fraternidad humana. Jesús nos asegura que Dios es nuestro Padre,
Padre de todos los hombres y, por lo tanto, todos somos hermanos. Si somos
hijos de Dios y hermanos unos de otros… el amor a Dios y al hermano nunca
pueden oponerse. No ya matar al hermano será ir en contra también de Dios, sino
llamarle imbécil, renegado estar peleado con él.
Fray Manuel Santos
Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/14-6-2018/
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