Mons. Reinaldo Nann

martes, 1 de mayo de 2018

Evangelio del día, 01-05-2018 (Quinta Semana de Pascua)


Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 27-31a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mi, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago. Levantaos, vámonos de aquí.»


Reflexión del Evangelio de hoy
Abiertas las puertas de la fe
Pablo y Bernabé vuelven a la comunidad antioquena, que los había enviado y le dan cuenta del éxito de su misión. Fueron muchos lugares los que visitaron, y en muchos designaron presbíteros, oraban y ayunaban y los encomendaban al Señor. La comunidad debe compartir la responsabilidad de sus pastores y ser convenientemente informada por ellos.
Pero, hay un detalle que escapa desapercibido, y es que Pablo es apedreado en una de las ciudades y lo dan por muerto, y los cristianos en lugar de huir, lo rodean para que se levantara y volviera a la ciudad. Los cristianos en la persecución no huyen, la están afrontando con valentía, Pablo es un modelo de ello, vuelve a predicar a pesar del castigo recibido.
¿Es que nos alegramos con el sufrimiento? No, para nada. Los cristianos se identifican con el sufrimiento de Cristo y cualquier contratiempo que cambie su futuro lo eleva por encima de todo a ese Cristo sufriente en espera de la resurrección gloriosa. Les anima Cristo resucitado.
Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde
Comienzan los discursos de despedida. Jesús habla abiertamente de su partida al Padre. El amor de los discípulos será entender que Jesús tenga que partir a la casa del Padre, por eso su partida no ha de generar corazones temeros ni acobardados, sino corazones que comprendan y crean que Jesús ha de volver al Padre. Se va por obediencia al Padre.
Jesús anuncia a sus discípulos su partida como un gesto profético, para que cuando suceda sigáis creyendo dice el Evangelio. Ya no hablaré más con mucho con vosotros.
La fe adulta no se fortalece con la presencia, sino con la ausencia, en la medida que caminamos alimentados por la palabra de Dios y robustecemos nuestro espíritu, nuestro caminar se alimenta de la experiencia y la razón que hizo brotar la fe en el encuentro con el resucitado.

Fr. Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/1-5-2018/

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