Audiencia General, 30 Mayo 2018 © Vatican Media
MAYO 30, 2018 11:30ROSA DIE ALCOLEAAUDIENCIA GENERAL
(ZENIT – 30 mayo 2018).- Según
la tradición apostólica, en el Sacramento de la Confirmación, el Espíritu se
comunica a través de la imposición de las manos y se une la unción del
crisma que indica cómo el Espíritu entra hasta lo más profundo de
nosotros, embelleciéndonos con tantos carismas, ha revelado el Papa Francisco.
Esta mañana, miércoles 30 de mayo, el
Santo Padre ha presidido la audiencia general en la plaza de San Pedro ante
miles de peregrinos, llegados a Roma desde distintos lugares del mundo.
Francisco ha ofrecido la 2ª
catequesis del Sacramento de la Confirmación, dentro del nuevo ciclo, que
comenzó el pasado miércoles, 23 de mayo de 2018.
El rito de la confirmación tiene
varios gestos litúrgicos que expresan la profundidad de este sacramento de la
iniciación cristiana –ha señalado el Pontífice–.
En primer lugar, antes de recibir la
unción que confirma y refuerza la gracia del bautismo, los candidatos son
llamados a renovar las promesas bautismales y hacer profesión de fe.
Después –Francisco ha continuado
explicando el rito de la Confirmación– de un silencio orante, el Obispo
extiende las manos sobre los confirmados e invoca la efusión del Espíritu sobre
ellos. “El Espíritu enriquece con sus dones a los miembros de la Iglesia,
construyendo así la unidad en la diversidad”, ha matizado el Papa.
Comunicación del Espíritu
Según la tradición apostólica –ha
aclarado el Obispo de Roma– el Espíritu “se comunica a través de la imposición
de las manos”, a lo que se une la unción del aceite perfumado o crisma,
que indica “cómo el Espíritu entra hasta lo más profundo de nosotros,
embelleciéndonos con tantos carismas”.
De este modo –ha indicado el Papa– el
sacramento se confiere con la unción del santo crisma en la frente y
pronunciando estas palabras: «Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo».
“Es una señal visible del don invisible”, ha asegurado: Un carácter indeleble
que nos configura más plenamente con Jesús y nos da la gracia para
difundir al mundo el buen olor de Cristo.
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