Mons. Reinaldo Nann

miércoles, 7 de marzo de 2018

“Dios siempre nos perdona si nosotros perdonamos a los demás”


Reflexión del Papa en la Misa celebrada esta mañana
 Misa Matutina Del Papa Francisco, 6 Marzo 2018 © Vatican Media
(ZENIT – 6 marzo 2018).- “Dios siempre nos perdona si reconocemos nuestros errores y si también nosotros perdonamos a los demás” , ha recordado el Santo Padre.
En su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, Francisco advirtió ante el peligro del rencor que anida en nuestro corazón y ante el peligro de dejarse esclavizar por el odio.
“La acusación de nosotros mismos es el primer paso hacia el perdón”, ha destacado el Papa, al reflexionar sobre la Primera Lectura, tomada del Libro del profeta Daniel se relata acerca de Azarías que, arrojado al horno ardiente por no haber renegado al Señor, no se lamenta con Dios por el trato padecido, no le reprocha reivindicando su fidelidad, sino que sigue profesando la grandeza de Dios y va a la raíz del mal diciendo: “Tú nos has salvado siempre, pero lamentablemente hemos pecado”. Se acusa a sí mismo y a su pueblo.

“Acusarse a sí mismos es parte de la sabiduría cristiana; no, acusar a los demás, no… A sí mismos. Yo he pecado” –ha explicado el Santo Padre. “Y cuando nosotros nos acercamos al sacramento de la penitencia tener esto presente: Dios grande que nos ha dado tantas cosas y, lamentablemente, yo he pecado, yo he ofendido al Señor y pido la salvación”.
“Su amor lo cubre”
El Señor recibe un corazón “contrito” –ha señalado el Papa– porque es como el de Azarías: ‘No hay decepción para quienes confían en Ti’, un corazón contrito que dice la verdad al Señor: ‘Yo he hecho esto, Señor. He pecado contra Ti’. El Señor le tapa la boca, como el papá al hijo pródigo; no lo deja hablar. Su amor lo cubre. Perdona todo”.
En este sentido, Francisco ha animado a “no tener vergüenza de decir los propios pecados porque es el Señor quien nos justifica perdonándonos, no una vez, sino siempre”.
Una sola condición
Así, el Papa ha indicado una sola condición: “El perdón de Dios nos llega con fuerza con la condición de que nosotros perdonemos a los demás. Y esto no es fácil, porque el rencor anida en nuestro corazón y siempre está esa amargura. Tantas veces llevamos con nosotros el elenco de las cosas que me han hecho: ‘Y ese me ha hecho esto, me ha hecho esto, me ha hecho esto’…”.
El Pontífice concluyó la homilía advirtiendo dos cosas que ayudarán a comprender el camino del perdón: ‘Tú eres grande Señor, lamentablemente he pecado’ y: ‘Sí, te perdono, setenta veces siete, con la condición de que tú perdones a los demás’”.


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