Mons. Reinaldo Nann

jueves, 8 de febrero de 2018

Evangelio del día (08-02-2018)

Lectura del santo evangelio según san Marcos 7,24-30
En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa, procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija. Él le dijo: "Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el pan de los hijos." Pero ella replicó: "Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños." Él le contestó: "Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija." Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.


Reflexión del Evangelio de hoy
Salomón desvió su corazón del Señor
Dios  hizo una amorosa alianza con el pueblo judío: “Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo”. El pueblo judío se comprometió a no tener más dioses que a Dios y seguir sus indicaciones que le llevaría por los caminos de la justica, de la paz y del amor.
También le conduciría a la unidad de sus dos reinos, tradicionalmente desunidos, el reino del sur y el reino del norte, es decir, el reino de Judá y el reino de Israel. Esa difícil y deseada unidad se consiguió con David y con Salomón. Pero se rompió en los tiempos de la vejez de Salomón, y volvió la desunión. El autor sagrado da una explicación de orden religioso. La culpa la tuvo Salomón que abandonando al verdadero y único Dios, al Dios de la alianza, se fue detrás de otros dioses, detrás de ídolos. “Sus mujeres le desviaron su corazón tras otros dioses; su corazón ya no perteneció por entero al Señor”.
Salvando las distancias, la lección de esta lectura para nosotros, cristianos del siglo XXI, es clara. Abandonar a Dios nuestro Rey y Padre y a su hijo Jesucristo e irnos detrás de falsos dioses, no nos puede traer más que desgracias y sinsabores. Esos ídolos nunca dan la felicidad que prometen. Solo nuestro Dios nos puede llevar a la vida y vida en abundancia que nos promete para esta tierra y a la felicidad total después de nuestra resurrección. No caigamos en el error de Salomón.
Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura
Cuando un pasaje de Jesús nos sorprende, tenemos que acudir a otros pasajes suyos que nos hablan del mismo tema. El texto del evangelio de hoy da pide para pensar que Jesús, en un primer momento, sólo quería predicar al pueblo judío. Pero enseguida caemos en la cuenta que no solo atendió el ruego de la mujer pagana, sino que Jesús quiso predicar su buena noticia a todos y nos pidió a sus seguidores que la divulgásemos por las cuatro esquinas del universo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. El sublime tesoro que él nos trajo de parte de Dios no podía quedar reducido a un pueblo. Estaba destinado a toda la humanidad. El amor de Dios, la luz de Dios, el perdón de Dios, la bondad de Dios, las promesas de Dios, las curaciones de Dios, el cielo de Dios… están destinados a todos los hombres de todas las épocas.

Fray Manuel Santos Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/8-2-2018/

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