Mons. Reinaldo Nann

viernes, 8 de diciembre de 2017

Fiesta de la Inmaculada Concepción

Año litúrgico 2017 - 2018 - (Ciclo B)
Vie, 8 Dic 2017

Primera Lectura


Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20
Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: «¿Dónde estás?». Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí». El Señor le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?». Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí». El Señor dijo a la mujer: «¿Qué es lo que has hecho?». Ella respondió: «La serpiente me engañó, y comí». El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón». El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
Salmo
Sal 97, 1-4: Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.
Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios 1, 3-6. 11-12.
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible». María contestó: «Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra». Y la dejó el ángel.

Pautas para la homilía
Responsabilidad en la libertad 
El pecado es la falta de responsabilidad en la libertad. Dios nos creó libres. No quiso robots programados sino hijos libres. Pero no fuimos responsables ante tan maravilloso don y lo desvirtuamos con una voluntad inmadura y caprichosa. Ahí está la raíz del pecado, tan interiorizada en el ser humano, que se convirtió en inclinación a abusar de esta libertad. Pero Dios es misericordioso y el que nos creó por amor no nos dejaría a nuestra suerte. Dios pone semillas de redención en medio de esta situación de “caída”... pues “la estirpe de la mujer… herirá la cabeza de la serpiente…” Seríamos redimidos, liberados de la fuerza del pecado que esclaviza nuestra libre pero débil voluntad. Contemplamos ya  “Evangelio”, “Buena Noticia”, desde esta situación del principio. Es el mensaje que encierra el pedagógico pasaje del Génesis desde unas imágenes llenas de dramatismo y esperanza a la vez.
Jesús es el Cordero de Dios que viene a quitar el pecado del mundo, a sanar de raíz nuestra libertad herida, a enseñarnos a ser responsables ante el don de la libertad que nos ha hecho el Padre. Él viene a orientar nuestra voluntad libre por caminos que, lejos de esclavizarnos, nos sanan y plenifican porque nos llevan de nuevo a Dios. Y María, preservada por Dios de esa herida original, es la porción preciosa de nuestra humanidad, limpia y dispuesta, escogida y cuidada por la Gracia para que pudiera germinar en Ella, en carne, la Palabra Salvadora, Redentora y Liberadora: Cristo.
Cantad al Señor 
¡Cómo no cantar al Señor por todas las maravillas que ha hecho por nosotros…! El salmo 97 nos sirve para ensalzar a Dios, rico y poderoso en su gracia. En Cristo Salvador y en María Inmaculada ha mostrado a todos la justicia de su misericordia y su fidelidad. ¡Gritad, vitoread, tocad! pues el Victorioso nos ha hecho a nosotros, en Cristo, vencedores. 
Elegidos, bendecidos, constituidos Hijos en Cristo
En Cristo, Dios se ha desbordado para con nosotros. Nos ha elegido, bendecido y constituido en “hijos”. En Cristo, “santos e irreprochables por el amor”. Esa es nuestra vocación, la que vemos cumplida ya en María. Ella es ese precioso espejo donde nos podemos mirar cada día para que la “gloria de la gracia divina”, tan generosamente concedida a nosotros por Cristo, y especialmente manifestada en la Virgen, redunde en alabanza suya.
Hágase
La “Llena de gracia” responde. Con su libertad asiente… “Hágase”… Cree y confía por eso dice “sí”. María es responsable, desde su voluntad libre, a la maravillosa efusión de gracia que recibe en virtud de su Hijo, concebido por obra del Espíritu Santo. María, con su sí, anuncia la llegada del Sí que nos salva, el de Cristo, y marca el inicio de un nuevo comienzo. Todo empieza de nuevo. María nos mueve hoy a renovar el sí de nuestra fe que neutraliza el pecado en nosotros y nos hace responsables, desde nuestra libertad, ante tanta gracia de Dios que hemos recibido por Cristo. En efecto es un día para el gozo y la alegría: ¡alégrate…!

Fray Juan Carlos González del Cerro O.P.
Real Convento de Santo Domingo (Jerez de la Frontera)

https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/8-12-2017/pautas/

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