ROMA, 31-03-2017 | |||||||||||
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Mons. Reinaldo Nann
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viernes, 31 de marzo de 2017
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El Papa Francisco a los jóvenes: “La iglesia y la sociedad los necesitan”
Esta
semana, el Papa Francisco envió un video mensaje a los jóvenes que se preparan
para la XXXII Jornada Mundial de la Juventud 2017, que se celebrará en ámbito
diocesano el 9 de abril de 2017, Domingo de Ramos, y cuyo tema es: «El
Todopoderoso ha hecho cosas grandes en mí» (Lc 1,49).
En
su mensaje, el Santo Padre menciona algunos temas tratados en el documento y
los invita a emprender el camino de preparación espiritual que llevará a la
próxima celebración internacional de la Jornada Mundial de la Juventud, en Panamá, del 22 al 27 de enero de 2019.
Evangelio del Viernes [31.03.2017]
Texto del Evangelio (Jn 7,1-2.10.14.25-30): En aquel tiempo, Jesús estaba
en Galilea, y no podía andar por Judea, porque los judíos buscaban matarle. Se
acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Después que sus hermanos subieron a la
fiesta, entonces Él también subió no manifiestamente, sino de incógnito.
Mediada
ya la fiesta, subió Jesús al Templo y se puso a enseñar. Decían algunos de los
de Jerusalén: «¿No es a ése a quien quieren matar? Mirad cómo habla con toda
libertad y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido de veras las autoridades que
éste es el Cristo? Pero éste sabemos de dónde es, mientras que, cuando venga el
Cristo, nadie sabrá de dónde es». Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y
diciendo: «Me conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi
cuenta; sino que me envió el que es veraz; pero vosotros no le conocéis. Yo le
conozco, porque vengo de Él y Él es el que me ha enviado». Querían, pues,
detenerle, pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.
Comentario: Fr. Matthew J. ALBRIGHT (Andover, Ohio, Estados
Unidos).
«Nadie
le echó mano, porque todavía no había llegado su hora»
jueves, 30 de marzo de 2017
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ROMA, 30-03-2017 | |||||||||||||||||||
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Evangelio del Jueves [30.03.2017]
Día
litúrgico: Jueves IV de Cuaresma
Texto
del Evangelio (Jn 5,31-47): En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Si yo
diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido. Otro es el que da
testimonio de mí, y yo sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros
mandasteis enviados donde Juan, y él dio testimonio de la verdad. No es que yo
busque testimonio de un hombre, sino que digo esto para que os salvéis. Él era
la lámpara que arde y alumbra y vosotros quisisteis recrearos una hora con su
luz. Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el
Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio
de mí, de que el Padre me ha enviado. Y el Padre, que me ha enviado, es el que
ha dado testimonio de mí. Vosotros no habéis oído nunca su voz, ni habéis visto
nunca su rostro, ni habita su palabra en vosotros, porque no creéis al que Él
ha enviado.
»Vosotros
investigáis las escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna; ellas son
las que dan testimonio de mí; y vosotros no queréis venir a mí para tener vida.
La gloria no la recibo de los hombres. Pero yo os conozco: no tenéis en
vosotros el amor de Dios.
»Yo
he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en su propio
nombre, a ése le recibiréis. ¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria
unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que
os voy a acusar yo delante del Padre. Vuestro acusador es Moisés, en quién
habéis puesto vuestra esperanza. Porque, si creyerais a Moisés, me creeríais a
mí, porque él escribió de mí. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a
creer en mis palabras?».
Comentario: Rev. D. Miquel MASATS i Roca (Girona, España).
«Si
yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido»
miércoles, 29 de marzo de 2017
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ROMA, 29-03-2017 | |||||||||||||||||||
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Campaña de solidaridad a favor de los damnificados por las lluvias e inundaciones [Trujillo]
Frente
a la destrucción que ocasiona las lluvias e inundaciones en La Libertad, el
Arzobispo de Trujillo, Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte OFM., oficializó la
Campaña extraordinaria de Solidaridad con los damnificados, que se inició el
domingo 19 de marzo.
Esta
cruzada, denominada: “Campaña de Solidaridad a favor de los damnificados de
nuestra región”, se viene realizando en las 75 parroquias de la Arquidiócesis,
donde además de la conformación de las brigadas de ayuda parroquiales, se está
poniendo a disposición de los damnificados la infraestructura parroquial para
que se acoja a las personas que han perdido sus viviendas.
Evangelio del Miércoles [29.03.2017]
Texto del Evangelio (Jn 5,17-30): En aquel tiempo,
dijo Jesús a sus discípulos: «Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también
trabajo» Por eso los judíos trataban con mayor empeño de matarle, porque no
sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose
a sí mismo igual a Dios.
Jesús, pues, tomando la palabra, les decía: «En verdad, en
verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer
al Padre: lo que hace Él, eso también lo hace igualmente el Hijo. Porque el
Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo que Él hace. Y le mostrará obras aún
mayores que estas, para que os asombréis. Porque, como el Padre resucita a los
muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere.
Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo,
para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no
honra al Padre que lo ha enviado. En verdad, en verdad os digo: el que escucha
mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en
juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.
»En verdad, en verdad os digo: llega la hora (ya estamos
en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan
vivirán. Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado
al Hijo tener vida en sí mismo, y le ha dado poder para juzgar, porque es Hijo
del hombre. No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén
en los sepulcros oirán su voz y saldrán los que hayan hecho el bien para una
resurrección de vida, y los que hayan hecho el mal, para una resurrección de
juicio. Y no puedo hacer nada por mi cuenta: juzgo según lo que oigo; y mi
juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha
enviado».
Comentario: Rev. D. Francesc PERARNAU i
Cañellas (Girona, España).
«En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y
cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna»
martes, 28 de marzo de 2017
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ROMA, 28-03-2017 | |||||||||||
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Evangelio del Martes [28.03.2017]
Texto del Evangelio (Jn 5,1-3.5-16): Era el día de fiesta de los judíos,
y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Probática, una piscina
que se llama en hebreo Betsaida, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una
multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del
agua. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús,
viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: «¿Quieres
curarte?». Le respondió el enfermo: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la
piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo».
Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y anda». Y al instante el hombre
quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar.
Pero
era sábado aquel día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: «Es
sábado y no te está permitido llevar la camilla». Él le respondió: «El que me
ha curado me ha dicho: ‘Toma tu camilla y anda’». Ellos le preguntaron: «¿Quién
es el hombre que te ha dicho: ‘Tómala y anda?’». Pero el curado no sabía quién
era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. Más
tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: «Mira, estás curado; no peques
más, para que no te suceda algo peor». El hombre se fue a decir a los judíos
que era Jesús el que lo había curado. Por eso los judíos perseguían a Jesús,
porque hacía estas cosas en sábado.
Comentario: Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch (Salt, Girona, España).
«Jesús,
viéndole tendido (...), le dice: ‘¿Quieres curarte?’»
lunes, 27 de marzo de 2017
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ROMA, 27-03-2017 | |||||||||||||||||||||||||||
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Ordenación Diaconal de Fr. Miguel Díaz Poma, MSC
Tuvo lugar, en la Parroquia Santiago
Apóstol de Acarí, Prelatura de Caravelí, por Excmo. Mons. Juan Carlos Vera Plasencia MSC, Obispo Castrense del Perú y Administrador Apostólico de la Prelatura de Caravelí, éste pasado Domingo, 26 de marzo de 2017.
Evangelio del Lunes [27.03.2017]
Texto del Evangelio (Jn 4,43-54): En aquel tiempo, Jesús partió de
Samaría para Galilea. Jesús mismo había afirmado que un profeta no goza de
estima en su patria. Cuando llegó, pues, a Galilea, los galileos le hicieron un
buen recibimiento, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén
durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Volvió, pues, a
Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
Había
un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm. Cuando se enteró de
que Jesús había venido de Judea a Galile]a, fue donde Él y le rogaba que bajase
a curar a su hijo, porque se iba a morir. Entonces Jesús le dijo: «Si no veis
señales y prodigios, no creéis». Le dice el funcionario: «Señor, baja antes que
se muera mi hijo». Jesús le dice: «Vete, que tu hijo vive».
Creyó
el hombre en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. Cuando
bajaba, le salieron al encuentro sus siervos, y le dijeron que su hijo vivía.
El les preguntó entonces la hora en que se había sentido mejor. Ellos le
dijeron: «Ayer a la hora séptima le dejó la fiebre». El padre comprobó que era
la misma hora en que le había dicho Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su
familia. Esta nueva señal, la segunda, la realizó Jesús cuando volvió de Judea
a Galilea.
Comentario: Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero (Viladecans,
Barcelona, España).
«Jesús
partió de Samaría para Galilea»
domingo, 26 de marzo de 2017
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ROMA, 26-03-2017 | |||||||||||||||
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Evangelio del Domingo [26.03.2017]
Día litúrgico:
Domingo IV (A) de Cuaresma
Texto del Evangelio (Jn 9,1-41): En aquel tiempo, al
pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus
discípulos: «Rabbí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?».
Respondió Jesús: «Ni él pecó ni sus padres; es para que se manifiesten en él
las obras de Dios. Tenemos que trabajar en las obras del que me ha enviado
mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy
en el mundo, soy luz del mundo». Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con
la saliva, y untó con el barro los ojos del ciego y le dijo: «Vete, lávate en
la piscina de Siloé» (que quiere decir Enviado). El fue, se lavó y volvió ya
viendo.
Los vecinos y los que solían verle antes, pues era
mendigo, decían: «¿No es éste el que se sentaba para mendigar?». Unos decían:
«Es él». «No, decían otros, sino que es uno que se le parece». Pero él decía:
«Soy yo». Le dijeron entonces: «¿Cómo, pues, se te han abierto los ojos?». Él
respondió: «Ese hombre que se llama Jesús, hizo barro, me untó los ojos y me
dijo: ‘Vete a Siloé y lávate’. Yo fui, me lavé y vi». Ellos le dijeron: «¿Dónde
está ése?». El respondió: «No lo sé».
Lo llevan donde los fariseos al que antes era ciego. Pero
era sábado el día en que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. Los fariseos a
su vez le preguntaron cómo había recobrado la vista. Él les dijo: «Me puso
barro sobre los ojos, me lavé y veo». Algunos fariseos decían: «Este hombre no
viene de Dios, porque no guarda el sábado». Otros decían: «Pero, ¿cómo puede un
pecador realizar semejantes señales?». Y había disensión entre ellos. Entonces
le dicen otra vez al ciego: «¿Y tú qué dices de Él, ya que te ha abierto los
ojos?». Él respondió: «Que es un profeta».
No creyeron los judíos que aquel hombre hubiera sido
ciego, hasta que llamaron a los padres del que había recobrado la vista y les
preguntaron: «¿Es éste vuestro hijo, el que decís que nació ciego? ¿Cómo, pues,
ve ahora?». Sus padres respondieron: «Nosotros sabemos que éste es nuestro hijo
y que nació ciego. Pero, cómo ve ahora, no lo sabemos; ni quién le ha abierto
los ojos, eso nosotros no lo sabemos. Preguntadle; edad tiene; puede hablar de
sí mismo». Sus padres decían esto por miedo por los judíos, pues los judíos se
habían puesto ya de acuerdo en que, si alguno le reconocía como Cristo, quedara
excluido de la sinagoga. Por eso dijeron sus padres: «Edad tiene; preguntádselo
a él».
Le llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego
y le dijeron: «Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un
pecador». Les respondió: «Si es un pecador, no lo sé. Sólo sé una cosa: que era
ciego y ahora veo». Le dijeron entonces: «¿Qué hizo contigo? ¿Cómo te abrió los
ojos?». Él replicó: «Os lo he dicho ya, y no me habéis escuchado. ¿Por qué
queréis oírlo otra vez? ¿Es qué queréis también vosotros haceros discípulos
suyos?». Ellos le llenaron de injurias y le dijeron: «Tú eres discípulo de ese
hombre; nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le
habló Dios; pero ése no sabemos de dónde es». El hombre les respondió: «Eso es
lo extraño: que vosotros no sepáis de dónde es y que me haya abierto a mí los
ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; mas, si uno es religioso y
cumple su voluntad, a ése le escucha. Jamás se ha oído decir que alguien haya
abierto los ojos de un ciego de nacimiento. Si éste no viniera de Dios, no
podría hacer nada». Ellos le respondieron: «Has nacido todo entero en pecado ¿y
nos das lecciones a nosotros?». Y le echaron fuera.
Jesús se enteró de que le habían echado fuera y,
encontrándose con él, le dijo: «¿Tú crees en el Hijo del hombre?». El
respondió: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?». Jesús le dijo: «Le has
visto; el que está hablando contigo, ése es». Él entonces dijo: «Creo, Señor».
Y se postró ante Él. Y dijo Jesús: «Para un juicio he venido a este mundo: para
que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos». Algunos fariseos
que estaban con él oyeron esto y le dijeron: «Es que también nosotros somos
ciegos?». Jesús les respondió: «Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero,
como decís: ‘Vemos’ vuestro pecado permanece».
Comentario:
Rev. D. Joan Ant. MATEO
i García (La Fuliola, Lleida, España).
«Vete,
lávate»
sábado, 25 de marzo de 2017
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ROMA, 25-03-2017 | |||||||||||||||||||||||||||
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“La Caridad sostiene la Esperanza”
Comunicado de los Obispos del Perú ante
la emergencia que se vive en el país
Estimados
hermanos, vivimos aún horas de sufrimiento, preocupación y dolor, pero también
de solidaridad. Los embates de la naturaleza: huaycos, inundaciones y lluvias,
están desafiando la capacidad de respuesta de nuestras autoridades, están exigiendo
fortaleza a los damnificados para enfrentar la adversidad, y nos están
invitando a todos a un compromiso más efectivo que se exprese en la caridad, para
mantener viva la esperanza.
No
es hora de miedo, ni de escuchar a quienes siembran alarmas. Es hora confiar en
la Providencia de Dios que cuida a cada uno de nosotros como lo hace un Padre
amoroso. Es tiempo para orar. Es la hora de la solidaridad, como lo está
demostrando nuestro pueblo. Es hora de respetar a la hermana naturaleza y de
prevenir al trazar las nuevas ciudades. No es hora de buscar culpables, es hora
de unir esfuerzos.
En
estos momentos de emergencia nacional, invocamos a quienes están damnificados a
preocuparse mutuamente los unos de los otros y a dar preferencia a los más
débiles: niños, ancianos y mujeres gestantes, en el momento de repartir la
ayuda con equidad. Exhortamos a quienes siguen aún soportando la furia de la
naturaleza a mantenerse valientes, como la Virgen María ante la cruz de Jesús,
seguros que este momento pasará y vendrán tiempos mejores. Agradecemos a
nuestras Fuerzas Armadas, a la Policía Nacional y a nuestras autoridades por su
abnegación para ayudar a los damnificados.
Les
seguimos acompañando con nuestra oración, nuestro afecto y nuestra ayuda, que
se canaliza por medio de las parroquias y las Caritas Diocesanas. Invocamos a
los que no han sido golpeados, directamente por la fuerza de la naturaleza, a
ser generosos, también cuando la caridad sea fruto del sacrificio.
El
Perú ha sido fuerte y debe seguirlo siendo, porque es un pueblo valiente y
porque es un pueblo creyente. Que Dios, Padre eterno y misericordioso, los
bendiga, los fortalezca y les proteja.
Los Obispos del Perú
Evangelio del Sábado [25.03.2017]
Día litúrgico: 25 de Marzo: La Anunciación
del Señor
Texto del Evangelio (Lc 1,26-38): Al sexto mes fue
enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a
una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre
de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el
Señor está contigo». Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué
significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has
hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un
hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del
Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la
casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin».
María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no
conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el
poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será
santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha
concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que
llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He
aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola
se fue.
Comentario: Dr.
Johannes VILAR (Köln, Alemania).
«Alégrate, llena de gracia»