Mons. Reinaldo Nann

jueves, 12 de mayo de 2016

Saludo por el “Día de la Madre”

A continuación entregamos el Saludo del Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Monseñor Salvador Piñeiro García-Calderón, con motivo del Día de la Madre:

MARÍA, signo de la Misericordia de Dios por los hombres

Saludo por el Día de la Madre

En este segundo domingo de mayo, con ocasión del Día de la Madre, deseo saludar a todas las Madres de nuestro querido y vasto Perú y reconocer en Ellas el signo del Amor incondicional y misericordioso de Dios por todos los hombres.

La Madre es un “ángel de ternura” que Dios ha destinado para cuidar a cada hombre en su paso por este mundo. En su corazón se hacen sintonía las alegrías y los sufrimientos, los fracasos y las victorias de sus hijos. No conoce el egoísmo ni la envidia. Sabe recibir al hijo como el don que Dios le ha dado y para el cual fue elegida. Es un canto al amor que ha cuidado en su vientre y ha puesto en la mesa de la vida. La maternidad es el don más profundamente femenino y la Madre es el regalo más sublime que Dios ha dado al ser humano.

No podemos hablar de la Madre sin recordar a María, la Madre de Dios. Porque Ella, a pesar de su imagen frágil de mujer joven supo aceptar el designio del Señor: Ser la Madre del Salvador que llegaría al mundo para redimir nuestros pecados. Con su “sí”, plasmado en el Evangelio con el “Hágase en mi según tu palabra”, devolvió al hombre el caminos de la reconciliación con Dios y consigo mismo.

Con el Papa Francisco contemplamos a María “como icono de la paz”. Y con El, la admiramos como: “vaso siempre rebosante de la memoria de Jesús, Sede de la Sabiduría, al que podemos acudir para saber interpretar coherentemente su enseñanza. (…) Bienaventurada eres tú, María, porque has dado al mundo al Hijo de Dios; pero todavía más dichosa por haber creído en Él”.

En este Año de la Misericordia fijemos nuestras miradas en las madres ancianas, en aquellas que luchan para sacar adelante a sus hijos, en aquellos que han perdido a su familia y en todas aquellas madres que ya sea en los andes, en la costa o en la selva saben derramar amor incondicional sobre sus hijos. Que María “Madre de la Misericordia” acompañe a cada una de las mamás de nuestro país y les de la sabiduría, esperanza y salud.

¡¡Feliz Día de la Madre!!

X Salvador Piñeiro García-Calderón
Arzobispo Metropolitano de Ayacucho

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