Mons. Reinaldo Nann

lunes, 14 de diciembre de 2015

Jesús: "Un profeta como Yo"

Portada del Deuteronomio en la "Biblia de San Paolo"
Hoy, intrigados, los sumos sacerdotes y ancianos cuestionan la elevada y enérgica autoridad que manifestaba Jesucristo. Ya desde antiguo, el "Libro del Deuteronomio" no prometía un rey de Israel y del mundo (¡un nuevo David!), sino un "nuevo Moisés". Es decir, se anunciaba un "profeta" tal como sólo los había en Israel: no un adivino del futuro, sino alguien que mostrara el rostro de Dios y, con ello, el camino que debemos tomar.

También en el "Deuteronomio", Dios promete a Israel "un profeta como Yo" (18,15). Era el anuncio de algo grande: un "nuevo Moisés". Lo verdaderamente decisivo de Moisés —prodigios aparte— es que habló con Dios, como con un amigo. Pero Moisés no vio el rostro de Dios, sino sólo su "espalda" (Dt 33,23). El acceso inmediato de Moisés a Dios —que le convierte en el gran mediador de la Alianza— tenía sus límites.

—Jesús, como "nuevo Moisés", nos revelas plenamente al Padre y eres el mediador de la Nueva Alianza. ¡He ahí el origen de tu autoridad!

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

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