Mons. Reinaldo Nann

viernes, 13 de noviembre de 2015

El Juicio Final: respuesta a las injusticias de la historia


Hoy día, la idea del Juicio Final se ha desvaído: la fe cristiana se orienta sobre todo hacia la salvación personal del alma; la reflexión sobre la historia universal, en cambio, está dominada en gran parte por la idea del "progreso".

El ateísmo de los siglos XIX y XX, por sus raíces y finalidad, es un moralismo, una protesta contra las injusticias de la historia: tanto sufrimiento de los inocentes y tanto cinismo del poder, no pueden ser obra de un Dios bueno. Pero, aunque sea comprensible la protesta contra Dios, la pretensión de que la humanidad pueda hacer justicia sin Dios es presuntuosa e intrínsecamente falsa. Si de esta premisa se han derivado las más grandes crueldades, no es casualidad.

—Un mundo que tiene que crear su justicia por sí mismo es un mundo sin esperanza. La fe en el Juicio Final y en el retorno de Cristo es, ante todo, una esperanza, cuya necesidad se ha hecho más evidente precisamente en las convulsiones de los últimos siglos.

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

No hay comentarios:

Publicar un comentario