Mons. Reinaldo Nann

domingo, 18 de octubre de 2015

El Orden habilita para el ejercicio del ministerio, confiado por Jesús a los Apóstoles

Hoy, contemplamos que el Orden —constituido por los tres grados de episcopado, presbiterado y diaconado— es el sacramento que habilita para el ejercicio del ministerio, confiado por Jesús a los Apóstoles, de apacentar su rebaño, con el poder de su Espíritu y según su corazón. Si no lo hace con amor no sirve. Los ministros que son elegidos y consagrados para este servicio prolongan en el tiempo la presencia de Jesús, si lo hacen con el poder del Espíritu Santo, en nombre de Dios y con amor.

Aquellos que son ordenados son puestos al frente de la comunidad. Están “al frente” sí, pero para Jesús significa poner la propia autoridad al servicio, como Él mismo enseñó a los discípulos. En virtud del Orden, el ministro se entrega por entero a la propia comunidad y la ama con todo el corazón: es su familia. El obispo, el sacerdote aman a la Iglesia en la propia comunidad como Cristo ama a la Iglesia.

—¡Un sacerdote, que no está al servicio de su comunidad no hace bien!

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos del Papa Francisco) (Città del Vaticano, Vaticano).

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