Mons. Reinaldo Nann

domingo, 20 de septiembre de 2015

Jesús, el "Siervo de Dios", anuncia su pasión


Hoy, llegamos al segundo de los tres preanuncios de la pasión que jalonan la subida de Jesús hacia Jerusalén. A esta enseñanza del Señor, ¡siempre!, sigue la resistencia de los discípulos. Jesús los (nos) corrige: el ascenso a Dios se produce precisamente en el descenso del servicio humilde, en el descenso del amor.

Dios mismo, en Jesucristo, se manifiesta en ese descenso: no hizo alarde de su condición divina, sino que, despojándose de su rango, tomó la condición de esclavo, hasta someterse a la "muerte de cruz" (cf. Flp 2,6-9). Los anuncios de la pasión encuentran su culminación en la explicación que sigue al último de ellos: "El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos" (Mc 10,45).

—Jesús es el "siervo" de Dios que padece y muere, tal como el profeta Isaías había previsto en sus cantos. El "servir" es la verdadera forma de reinar, y nos deja presentir algo de cómo Dios es "Señor".

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

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