En un artículo publicado en el periódico diocesano “Mar
Adentro”, el Obispo de Chimbote, Monseñor Ángel Francisco Simón Piorno, dijo
que la diócesis se prepara para celebrar la beatificación de los tres
sacerdotes mártires, asesinados en 1991: Miguel, Zbigniew y Sandro, a quienes
denomina “Testigos de la esperanza”. A continuación entregamos el texto escrito
por el Obispo:
“Muchas veces me he preguntado cómo puede un ser humano
enfrentarse con valentía a la muerte inminente. Jesús previéndola, sudó sangre
y pidió al Padre que le ahorrara el cáliz de la pena. Si Él reaccionó de esta
forma, cualquiera de nosotros empujados por el legítimo deseo de vivir,
procederíamos de igual manera.
Nuestros sacerdotes se enfrentaron a la muerte anunciada
con gran valor. Pudieron huir, pero no lo hicieron. El rebaño que les había
sido confiado, exigía su presencia y su testimonio. Sabían perfectamente que el
odio a la fe, arrancaría de cuajo sus vidas. Por este motivo, la Iglesia
reconoce su muerte martirial. Sabían muy bien que somos peregrinos en tierra
extraña y caminamos guiados por la fe hacia la casa que tiene tantas moradas y
que Jesús se adelantó a prepararnos.
Con los ojos puestos en Él y vislumbrando la gloria que
les aguardaba, fueron capaces de superar el miedo y convertirse para todos
nosotros en testigos de la esperanza, que no defrauda.
Ellos ya no la necesitan, pues ven cara a cara al Señor y
están en la patria que nos aguarda. Nosotros sí que necesitamos de estas
virtudes teologales, pues muchas veces nos sentimos perdidos y envueltos en la
niebla.
Por desgracia nuestra fe está agujereada por la duda y
necesitamos el testimonio de los santos para mantenernos de pie y no derrumbarnos
cuando nos asedia la adversidad. Llegados a este momento, tenemos que afirmar
que son beatos, dichosos, bienaventurados, porque creyeron el Evangelio de las
Bienaventuranzas.
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