Mons. Reinaldo Nann

viernes, 28 de agosto de 2015

La certeza de la palabra de Jesús sólo se prueba en el "ensayo"

Hoy, Jesucristo muestra cómo debe concretarse la "vigilancia" (ya mencionada en el capítulo anterior del "Discurso Escatológico"). Con la "Parábola de las vírgenes necias y prudentes" insiste en que al cristiano no le basta con esperar, debe "actuar"; no basta con "estar" en la Iglesia, sino que hay que mantener viva la fe y hacer buenas obras.

"Vigilancia" no significa salir del presente, olvidando el cometido actual, sino actuar —aquí y ahora— tal como se debería obrar ante los ojos de Dios. "Vigilancia" implica, sobre todo, apertura al bien, a la verdad, a Dios, en medio de un mundo a menudo inexplicable y acosado por el poder del mal. "Vigilancia" comporta que el hombre busque con todas las fuerzas y con gran sobriedad hacer lo que es justo, no viviendo según sus propios deseos, sino según la orientación de la fe.

—La verdad de tu palabra, Jesús, no es exigible teóricamente: su certeza sólo se prueba en el ensayo, adentrándome en tu voluntad.

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

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