Mons. Reinaldo Nann

jueves, 20 de agosto de 2015

El "castigo de Dios"


Hoy escuchamos del Señor una palabra que, de buenas a primeras, parece "no encajar" con su Amor misericordioso: el "castigo". Pero sus castigos no son como los nuestros, en el sentido de que Dios establezca multas policiales y le guste perjudicarnos. La expresión "castigo de Dios" manifiesta que he errado en el buen camino y pueden sobrevenirme consecuencias posteriores por seguir huellas falsas y abandonar la verdadera vida.

En el lenguaje divino, el castigo es la situación en la que entra el ser humano cuando se aleja de su auténtica esencia, o cuando no respeta la dignidad de otra persona, dando la espalda a la verdad… Entonces el individuo utiliza su libertad, sí, pero también abusa de ella. Por este falso camino el hombre pisotea aquello para lo cual ha sido creado, destruyéndose a sí mismo.

—Señor, tú eres mi Creador, que has venido a nosotros dejando tu huella en la tierra. Haz que vea en tus pisadas mi camino.

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

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