Mons. Reinaldo Nann

viernes, 24 de julio de 2015

La fe sin obras es una fe "muerta"


Hoy la "Parábola del sembrador" es como una advertencia que no se ha de olvidar, y una invitación perenne a responder con frutos al amor con el que Él cuida de nosotros. La fe nos permite reconocer a Cristo en el prójimo, y Su mismo Amor nos impulsa a transformar la Palabra recibida en vida entregada.

La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino. Con palabras fuertes —que siempre atañen a los cristianos—, el apóstol Santiago dice: «Si no se tienen obras, [la fe] está muerta por dentro (…). Muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe» (St 2,17-18).

—Sostenidos por la fe, miramos con esperanza a nuestro compromiso en el mundo, aguardando unos cielos nuevos y una tierra nueva en los que habite la justicia.

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

No hay comentarios:

Publicar un comentario