Mons. Reinaldo Nann

lunes, 20 de julio de 2015

Dios no se deja someter a experimentos


Hoy también nos planteamos cómo "llegar" a Dios: ¿disponemos de alguna "señal" de su existencia? Jesucristo no esquiva la pregunta. Pero su respuesta arranca desde la Escritura y se ilumina con una velada referencia a su resurrección. Respuesta que, seguramente, no satisface las expectativas ni de aquéllos ni de algunos modernos interlocutores. ¿Por qué?

Hay un error de base: reducimos a Dios a objeto y le imponemos nuestras condiciones de laboratorio, asumiendo como real sólo lo que es experimentable y palpable. ¡Pero Dios no se deja someter a experimentos! Por ahí no le encontraremos, porque esto supone negar a Dios como Dios, situándonos por encima de Él. Quien discurra de este modo se "auto-endiosará", degradando no sólo a Dios, sino también al mundo y a sí mismo.

—Jesús, gracias porque no has venido imponiéndote con evidencias palpables, sino que nos conquistas discretamente desde el amor manifestado amablemente en la Cruz y desde de la escucha interior de la oración.

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

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