Mons. Reinaldo Nann

jueves, 14 de mayo de 2015

La alegría del apóstol


Hoy, la Iglesia recuerda el día en el que los Apóstoles escogieron a aquel discípulo de Jesús —Matías— que tenía que sustituir a Judas Iscariote (cf. "Hechos de los Apóstoles"). En el Evangelio del día, el Señor habla a los Apóstoles acerca de la alegría que han de tener.

El cristiano, como Matías, vivirá feliz y con una serena alegría si asume los diversos acontecimientos de la vida desde la gracia de la filiación divina. De otro modo, acabaría dejándose llevar por falsos disgustos, por necias envidias o por prejuicios de cualquier tipo. La alegría y la paz son siempre frutos de la exuberancia de la entrega apostólica y de la lucha para llegar a ser santos. Es el resultado lógico y sobrenatural del amor a Dios y del espíritu de servicio al prójimo.

—Dios mío, concédeme el sentido del humor para que saboree felicidad en la vida y pueda transmitirla a los otros.

Comentario: + Rev. D. Josep VALL i Mundó (Barcelona, España).

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