Mons. Reinaldo Nann

domingo, 10 de mayo de 2015

Juan 15: la perseverancia (fruto y amor van unidos)

Hoy, "fruto" y "amor" aparecen unidos: el fruto verdadero es el amor que ha pasado por la cruz, por las purificaciones de Dios. También el "permanecer" es parte de ello. Juan 15 menciona numerosas veces el verbo "permanecer". Lo que los Padres llaman "perseverantia" —el perseverar pacientemente en la comunión con el Señor a través de todas las vicisitudes de la vida— aquí se destaca en primer plano.

Resulta fácil un primer entusiasmo, pero después viene la constancia también en los caminos monótonos del desierto que se han de atravesar a lo largo de la vida. Si el fruto que debemos producir es el amor, una condición previa es precisamente este "permanecer", que tiene que ver profundamente con esa fe que no se aparta del Señor.

—La oración es un factor esencial de este "permanecer": a quien ora se le promete que será escuchado. Rezar en nombre de Jesús no es pedir cualquier cosa, sino el don fundamental que, en sus sermones de despedida, Él denomina como "la alegría".

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

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