Mons. Reinaldo Nann

martes, 10 de marzo de 2015

La "Parábola del siervo despiadado" (el perdón sólo es efectivo en quien sabe perdonar)

Hoy, con la perspectiva del "gran perdón" de Dios que Jesús implora y alcanza desde la Cruz, entendemos que la ofensa sólo se supera mediante el perdón, y que el perdón sólo puede ser efectivo en quien, a su vez, perdona (así lo manifestamos al rezar "Padrenuestro"). El tema del "perdón" aparece continuamente en todo el Evangelio.

Dios, llevando la iniciativa, ha venido a nuestro encuentro para reconciliarnos con Él; por el perdón ha pagado el precio de descender a las miserias de la existencia humana y a la muerte de Cruz. Como contrapunto, tenemos la "Parábola del siervo despiadado": a éste le había sido perdonada la increíble deuda de diez mil talentos, pero luego no estuvo dispuesto a perdonar la deuda —ridícula en comparación— de cien denarios que le debían. ¡Cualquier cosa que debamos perdonarnos mutuamente es siempre poco comparado con la bondad de Dios que perdona a todos!

—Señor, ayúdame a recordar frecuentemente tu petición desde la Cruz: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

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