Mons. Reinaldo Nann

miércoles, 25 de marzo de 2015

La Anunciación: "Y el ángel, dejándola, se fue"


Hoy, en la fiesta de la Anunciación, meditamos la última frase de la narración de Lucas: "Y el ángel, dejándola, se fue". El gran momento del encuentro con el mensajero de Dios, en el que toda la vida cambia, pasa, y María se queda sola con un cometido que, en realidad, supera toda capacidad humana.

Ya no hay ángeles a su alrededor… Ella debe continuar el camino que atravesará por muchas oscuridades, comenzando por el desconcierto de José ante su embarazo, pasando por el momento en que los propios familiares declaran a Jesús "enajenado" (cf. Mc 3,21; Jn 10,20), hasta la noche de la cruz. En estas situaciones, ¡cuántas veces habrá vuelto interiormente María al momento en que el ángel de Dios le había hablado! Cuántas veces habrá escuchado y meditado aquel saludo: "Alégrate, llena de gracia", y sobre la palabra tranquilizadora: "No temas".

—El ángel se va, la misión permanece, y junto con ella madura la cercanía interior de Dios, el íntimo ver y tocar su proximidad.

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

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