Mons. Reinaldo Nann

miércoles, 21 de enero de 2015

La primacía de Dios en el "Reino". Error del marxismo

Hoy asistimos al comienzo del ministerio público de Jesucristo: explicaba el Reino de Dios con parábolas, eligió a los apóstoles y realizó curaciones milagrosas. Estos "signos" no eran la redención misma, sino que indicaban la llegada del Reino y su baricentro: Dios.

Podría pensarse que el primer criterio para identificar al redentor sería el "pan" (bienestar…) para acabar con el "hambre". ¿Puede llamarse "redentor" alguien que no responde a este criterio? El marxismo ha hecho precisamente de este ideal el centro de su promesa de salvación: creía poder transformar las piedras en pan, pero ha dado piedras en vez de pan…

—Está en juego la primacía de Dios. Se trata de reconocerla como una realidad sin la cual ninguna otra cosa puede ser buena. No se puede gobernar la historia con meras estructuras materiales, prescindiendo de Dios. Si el corazón del hombre no es bueno, ninguna otra cosa puede llegar a ser buena. Y la bondad de corazón sólo puede venir de Aquel que es la Bondad misma: Dios.

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

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