Hoy asistimos a la oración de Jesús en comunión con el
Padre y el Espíritu Santo. Jesucristo toma a sus discípulos como testigos. Para
la fe bíblica es fundamental referirse a hechos históricos reales. Ella no
cuenta leyendas como símbolos de verdades que van más allá de la historia, sino
que se basa en la historia ocurrida en esta tierra. El "factum
historicum" (hecho histórico) no es para ella una clave simbólica que se pueda sustituir,
sino un fundamento constitutivo.
"Et incarnatus est" (Y se encarnó): con estas palabras
profesamos la entrada efectiva de Dios en la historia real. Si obviamos esta
historia, la fe cristiana como tal queda eliminada y transformada en
"otra" religión. Así, si la historia (lo fáctico) forma parte
esencial de la fe cristiana, ésta debe asumir el "método histórico" para
su interpretación. La fe misma lo exige: el "método
histórico-crítico" es indispensable (aunque no suficiente) a partir de la
estructura de la fe cristiana.
—Jesús, re-conozco tu encarnación como hecho histórico y,
a la vez, confieso que eres Dios.
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