Mons. Reinaldo Nann

martes, 21 de octubre de 2014

Economía y ética: exigencias morales de la actividad económica


Hoy debiéramos preguntarnos si en una crisis económica lo más grave es el "déficit de puestos de trabajo" (elevada "tasa de paro") o, más bien, el "déficit de trabajo" (dormirse en el trabajo, con una descendiente calidad profesional). Respuesta: el déficit de responsabilidad laboral (en los más diversos niveles profesionales y políticos) es una de las principales causas del estancamiento económico. Y el remedio es el crecimiento ético, porque la actividad económica es profundamente moral.

Los retrocesos económicos no son ajenos a las crisis morales ("subdesarrollo moral"): la carencia de sobriedad y de ahorro cercenan la capacidad de inversión; la pereza, la pasividad y la corrupción en el quehacer laboral, son un cáncer mortal para la productividad y para la innovación creativa…

—La creación es confiada por Dios al hombre para administrarla. Todos somos —en un nivel u otro— administradores del "Jardín de Edén" (que debemos conservar y cultivar). No está de más, por tanto, la advertencia de Jesús: ¡estad en vela!, ¡trabajad bien!, ¡administrad responsablemente la obra del Padre!

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