Mons. Reinaldo Nann

viernes, 13 de junio de 2014

Papa Francisco, en Santa Marta: “El Señor nos prepara antes de darnos una misión”



13-06-2014

En su homilía en Casa Santa Marta, el Papa Francisco explicó que Dios siempre prepara el corazón antes de confiar una misión.

Papa Francisco
"El Señor, cuando nos quiere dar una misión, cuando nos quiere dar un trabajo, nos prepara. Nos prepara para hacerlo bien, como preparó a Elías. Y lo más importante de esto no es que él haya encontrado al Señor. No, no, esto está bien. Lo importante es todo el recorrido para llegar a la misión que el Señor le confía. Es la diferencia entre la misión apostólica que el Señor nos da y una tarea”.

Francisco añadió que, para cumplir la misión Dios "prepara el alma y el corazón en la prueba, en la obediencia y en la perseverancia”.

Extracto de la Homilía del Papa
Fuente: Radio Vaticana


"Pero el Señor no estaba en el viento, en el terremoto o en el fuego, sino que estaba en aquel susurro de brisa suave, en la paz o, como dice el texto original –precisamente el original, en una bella expresión dice: "El Señor estaba en un hilo de silencio sonoro". Parece una contradicción: estaba en aquel hilo de silencio sonoro. Elías sabe discernir donde está el Señor, y el Señor lo prepara con el don del discernimiento. Y luego, le da la misión”.

"El Señor, cuando nos quiere dar una misión, cuando nos quiere dar un trabajo, nos prepara. Nos prepara para hacerlo bien, como preparó a Elías. Y lo más importante de esto no es que él haya encontrado al Señor. No, no, esto está bien. Lo importante es todo el recorrido para llegar a la misión que el Señor le confía. Es la diferencia entre la misión apostólica que el Señor nos da y una tarea: "Ah, tienes que hacer esta tarea, debes hacer esto...", una tarea humana, honesta, buena... Cuando el Señor da una misión, siempre nos hace entrar en un proceso, un proceso de purificación, un proceso de discernimiento, un proceso de obediencia, un proceso de oración”.

"Esta reina era una reina malvada y mataba a sus enemigos. Y él tiene miedo. Pero el Señor es más poderoso. Pero lo hace sentir como a él, también el grande y bueno, necesita la ayuda del Señor y la preparación para la misión. Veamos esto: él camina, obedece, sufre, discierne, reza... encuentra al Señor. Que el Señor nos conceda la gracia de dejarnos preparar todos los días del camino de nuestra vida, para que podamos dar testimonio de la salvación de Jesús”.

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