Pastor protestante publica libro sobre sus programas televisivos con el Papa

26-01-2014

Compartió plató con el cardenal Jorge Mario Bergoglio durante más de dos años y medio. No podía imaginar entonces que le acompañaba un futuro Papa. El tercero era el rabino Abraham Skorka. Marcelo Figueroa ha publicado un libro relatando aquella experiencia que sentó en una misma mesa de debate a un católico, a un protestante y a un judío.

Marcelo Figueroa

Autor, "Biblia diálogo vigente”

"En 350 páginas intenté compilar lo más saliente de 31 horas de grabación. De manera que es un libro que no habla sobre Francisco sino que es un libro donde Bergoglio habla de sí mismo y de sus pensamientos. No sobre temas de religión sino sobre temas de la vida”.

Marcelo Figueroa cuenta en su libro cómo nació la idea en el año 2010 y también las dudas iniciales del entonces arzobispo de Buenos Aires.

Marcelo Figueroa

Autor, "Biblia diálogo vigente”

"Su primera respuesta fue 'no' porque él no quería, por su humildad y deseo de manejar un perfil bajo, aparecer permanentemente en televisión y mucho menos en el canal del arzobispado de Buenos Aires. Pero después, cuando le comenté que el otro panelista iba a ser su amigo de tantos años, el rabino Abraham Skorka, y que yo iba a estar también en la mesa me dijo: 'bueno, hagamos cuatro nada más'”.

Pero no fueron 4, fueron 31 en total. Figueroa presentó el espacio en el que los ponentes hablaron de temas como la esperanza, la solidaridad, la verdad, el sufrimiento o el papel de la fe en estos tiempos. Pero, sobre todo, Marcelo Figueroa habla de una razón fundamental por la que el futuro Papa quiso participar en este debate televisivo.

Marcelo Figueroa

Autor, "Biblia diálogo vigente”

"Yo me di cuenta que él lo hacía también por algo que marcó su trayectoria acá como cardenal, como arzobispo y que, sin ninguna duda alguna, va a marcar su papado que es la importancia que le da al diálogo interreligioso; a esto de que entre tres confesiones podemos dialogar en paz, que podemos escucharnos”.

Precisamente es lo que quiere lograr el libro: invitar a los lectores a seguir el ejemplo de Bergoglio, Skorka y Figueroa para que el diálogo interreligioso deje de ser una utopía poco a poco.