Mons. Reinaldo Nann

domingo, 8 de diciembre de 2013

Cientos de voluntarios llevan a ancianos y enfermos a encuentros con el Papa Francisco



08-12-2013

No es un secreto que el Papa tiene una especial atención a los enfermos y ancianos. A menudo pide a sus cuidadores que los traten afecto y mucho respeto.

Por eso, para estos peregrinos del sur de Italia, Francisco es uno más de su asociación. Cada año intentan llevar la mayor cantidad de enfermos al Santuario de Lourdes.

"Unitalsi es una asociación que se ocupa de los enfermos que van a Lourdes. Allá se da la resurrección y los milagros tanto del cuerpo como del espíritu para afrontar mejor el sufrimiento. Por eso el Papa Francisco es como uno de nosotros”.




"Llevan a muchos enfermos que verdaderamente necesitan de un poco de afecto. Son como los niños que necesitan a su mamá”.

Estos peregrinos, en cambio, se dedican a otro tipo de cuidado. Trabajan en una casa de reposo para ancianos. Dicen que cuando ven en televisión al Papa Francisco, no hay quien los distraiga.

"Todos los abuelos están enamorados. Porque el domingo cuando les ponemos la bendición del Papa no hay ninguno desatento. ¡todos enamorados del Papa Francisco!”

Incluso, se ríen al recordar la reacción de Lucía, una de las abuelas, cuando se enteró que varios vendrían a la audiencia con Francisco.

"Les habían dicho a nuestros abuelos que veníamos a la audiencia con el Papa. Todos entusiastas, todos juntos a rezar. Y una abuela dice: '¡Cuánto daría por poder ir!' Ella estaba enseñando a cocinar ñoquis. Y me dice: 'Hazme el favor de preparar un poco más, ¡y le llevas al Papa!”.

Estos grupos han venido a Roma en nombre de quienes no pueden hacerlo. Y saben que cuando regresen a casa, tendrán la total atención de quienes esperan el mensaje de Francisco. Aunque sea en diferido.

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