Mons. Reinaldo Nann

jueves, 28 de noviembre de 2013

El Papa Francisco en Audiencia General: 'Quien practica la misericordia no teme a la muerte'



27 de noviembre, 2013 (romereports.com) A pesar de que el Año de la Fe ha llegado a su fin, el Papa Francisco ha dicho que terminará su catequesis sobre el Credo.

En esta ocasión reflexionó sobre la fe en “la resurrección de la carne” y la muerte. Francisco dijo que sólo temen a la muerte los que no practican la misericordia con los demás, porque no la han mirado nunca cara a cara en quienes sufren.

Resumen de la Catequesis del Papa en español:


Queridos hermanos y hermanas: Concluyendo ya las catequesis sobre el Credo, hoy quisiera detenerme en la "resurrección de la carne", y hablarles del sentido cristiano de la muerte y de la importancia de prepararnos bien para morir en Cristo.

Para quien vive como si Dios no existiese, la muerte es una amenaza constante, porque supone el final de todo en el horizonte cerrado del mundo presente. Por eso, muchos la ocultan, la niegan o la banalizan para vivir sin aprensión la vida de cada día.

Sin embargo, dentro de nosotros hay un deseo de vida dentro de nosotros, más fuerte incluso que el miedo a la muerte, que nos dice que no es posible que todo se quede en nada. La respuesta cierta a esta sed de vida es la esperanza en la resurrección futura.

La victoria de Cristo sobre la muerte no sólo nos da la serena certeza de que no moriremos para siempre, sino que también ilumina el misterio de la muerte personal y nos ayuda a afrontarla con esperanza. Para ser capaces de aceptar el momento último de la existencia con confianza, como abandono total en las manos del Padre, necesitamos prepararnos. Y la vigilancia cristiana consiste en la perseverancia en la caridad. Así, pues, la mejor forma de disponernos a una buena muerte es mirar cara a cara las llagas corporales y espirituales de Cristo en los más débiles y necesitados, con los que Él se identificó, para mantener vivo y ardiente el deseo de ver un día cara a cara las llagas transfiguradas del Señor resucitado.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Guatemala, Argentina y los demás países latinoamericanos. No olviden que la solidaridad fraterna en el dolor y en la esperanza es premisa y condición para entrar en el Reino de los cielos.

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