Mons. Reinaldo Nann

domingo, 6 de octubre de 2013

La Iglesia, madre de nuestra fe


Hoy, ¿cómo podemos estar seguros de llegar al verdadero Jesús a través de los siglos? Si el hombre fuese un individuo aislado, si partiésemos solamente del “yo” individual, que busca en sí mismo la seguridad del conocimiento, esta certeza sería imposible.

No puedo ver por mí mismo lo que ha sucedido en una época tan distante de la mía. Pero ésta no es la única manera que tiene el hombre de conocer. La persona vive siempre en relación. Es imposible creer cada uno por su cuenta. La fe, por su misma naturaleza, se abre al “nosotros”, se da siempre dentro de la comunión de la Iglesia. Es posible responder en primera persona, “creo”, sólo porque se forma parte de una gran comunión, porque también se dice “creemos”.

—Esta apertura al “nosotros” eclesial refleja la apertura propia del amor de Dios, que no es sólo relación entre el Padre y el Hijo, entre el “yo” y el “tú”, sino que en el Espíritu, es también un “nosotros”, una comunión de Personas.


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