Mons. Reinaldo Nann

sábado, 14 de septiembre de 2013

La Exaltación de la Santa Cruz: el nuevo culto anhelado se ha hecho realidad en la Cruz


Hoy, Nicodemo, el mismo que "des-clavaría" a Jesucristo, recibe anticipadamente una revelación: el Hijo del hombre sería "ex-altado" (puesto en alto desde la tierra) y atraería a todos hacia sí. La Iglesia naciente, bajo la guía del Espíritu Santo, fue ahondando lentamente en esta verdad. Una cosa estaba clara desde el principio: con la Cruz de Cristo, los antiguos sacrificios del templo quedaron superados definitivamente. ¡Había ocurrido algo nuevo!

Dios no quería ser glorificado mediante los sacrificios de toros y machos cabríos, cuya sangre no puede purificar al hombre ni expiar por él. El nuevo culto anhelado, pero hasta entonces todavía sin definir, se había hecho realidad. En la Cruz de Jesús se había verificado lo que en vano se había intentado con los sacrificios de animales: Cristo ha ocupado su puesto. El templo seguía siendo un lugar venerable de oración y anuncio. Sus sacrificios, en cambio, ya no eran válidos para los cristianos.

—Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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