Mons. Reinaldo Nann

viernes, 16 de agosto de 2013

Kolbe, la felicidad de creer

14-08-2013 Radio Vaticana

(RV).- (Escuchar audio) Con motivo de la festividad de San Maximiliano Kolbe (14 ago), Angélica Díez, de las Misioneras de la Inmaculada Padre Kolbe, envía este texto a Radio Vaticano:

“San Maximiliano Kolbe es el Protector de nuestro difícil siglo. Él empleó su vida en la lucha contra todos los males del mundo y proclamó que: “Solo el Amor crea, el odio destruye”. Y esto lo proclamó con la vida, con sus revistas y periódicos para mantener viva la fe y la tradición del pueblo polaco y la reivindicación del pueblo judío. Para defender y promover a las familias y alentar a todos a dejarse conducir por el Espíritu Santo y por la Inmaculada, para alcanzar la propia santidad, ese regalo que Dios da a cada hombre y mujer, criatura preciosa salida de sus manos. El Padre Kolbe, pone de manifiesto una victoria semejante a la Jesucristo, por el amor heroico en dar la vida, por liberar a un compañero de prisión, y aceptando la muerte como consecuencia de la violencia anticristiana de los perseguidores. Fue un hombre de fe, dio pruebas de la felicidad de creer en Jesucristo el Señor de la vida que vence a la muerte y al odio (Beato Juan Pablo II). Fue Juan Pablo II quién el 10 de octubre de 1982 lo presentó al mundo como: Mártir de la caridad y lo proclamó santo.


Kolbe, como todos los santos son “esas lumbreras” que nos invitan a buscar la intimidad con Dios para, desde ahí, tener como dice el Papa Francisco en su Encíclica Lumen Fidei: “conocimiento y confianza para poder ver el camino luminoso del encuentro entre Dios y los hombres”. Este es el entramado que Kolbe, el prisionero 16.670 fue intuyendo en su corazón y expresando en sus acciones diarias: “… Es Jesucristo el testigo fiable, que da la vida por nosotros, y nos revela a Dios como Padre. La fe no sólo mira a Jesús, sino que mira desde el punto de vista de Jesús, con sus ojos: es una participación en su modo de ver (L F 18).

En uno de sus innumerables escritos decía San Maximiliano: “El amor de Dios se manifiesta no criticando a los demás, sino empeñándose para que se hagan mejores”. (EK 987/d p. 1649). Hoy, podemos decir ¡Qué sintonía con nuestro Papa Francisco! “No critiquen. ¡Cuídense unos a otros!” ¿No está acaso encerrado aquí el ser cristiano hoy? La fe ilumina también las relaciones humanas, porque nace del amor y sigue la dinámica del amor de Dios. (…) “Quién se ha abierto al amor de Dios, ha escuchado su voz y ha recibido su luz, no puede retener este don para sí. La fe se trasmite, por contacto, de persona a persona, como una llama enciende otra llama”(L F ,37).

En esta apertura al amor de Dios, los santos nos abren el camino porque han seguido las huellas de Jesús: el Caminante, el Peregrino, el Buen Pastor, el que provoca el encuentro para dar vida, para darse. “Ojalá que Jesús te vaya marcando camino para encontrarte con quien necesita más” (7/8/13). Este es el mensaje reciente de nuestro Papa Francisco que llega a nosotros también a través de la vida del Padre Kolbe, el hombre, el sacerdote que encontró la felicidad en darse, en donarse, en hacerse “otro Cristo” para que muchos puedan volver a él y dejarse elevar, abrazar por su amor de salvación eterna.

(*) Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe.


(MZ-RV)

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