Mons. Reinaldo Nann

lunes, 10 de junio de 2013

Papa Francisco: "Si no abrimos el corazón al Espíritu, las bienaventuranzas parecen tonterías"



10 de junio, 2013 (romereports.com) Durante la Misa en Casa Santa Marta el Papa Francisco comentó el pasaje del Evangelio de las bienaventuranzas. El Papa explicó cómo esos nuevos mandamientos no tienen sentido si el hombre no está abierto a la acción de Dios.

Papa Francisco
“Son los nuevos mandamientos. Pero si nosotros no tenemos el corazón abierto al Espíritu Santo, parecerán tonterías. 'Mira, ser pobres, ser humildes, ser misericordiosos, no parece algo que nos lleve al éxito'. Si no tenemos el corazón abierto y si no hemos gustado el consuelo del Espíritu Santo, que es la salvación, no se entiende esto. Esta es la ley para aquellos que han sido salvados y han abierto su corazón a la salvación. Esta es la ley de los libres, con la libertad del Espíritu Santo”.

El Papa advirtió que cuando el hombre busca la  libertad cerrándose a la acción de Dios se acaba convirtiendo en un esclavo del espíritu del mundo y cae en la hipocresía de los fariseos y saduceos.

Extracto Textual de la Homilía
(Fuente: Radio Vaticana)


“La salvación es esto: vivir consolados por el Espíritu Santo, no vivir con el consuelo del espíritu del mundo. No, eso no es salvación, eso es pecado. La salvación es ir más allá y abrir el corazón, para recibir este consuelo del Espíritu Santo, que es la salvación. ¿Pero no se puede negociar, un poco de aquí y un poco de allí? ¿Hacer una macedonia, digamos? Un poco de Espíritu Santo, un poco de espíritu del mundo... ¡No! Una cosa o la otra”.

“Son los nuevos mandamientos. Pero si nosotros no tenemos el corazón abierto al Espíritu Santo, parecerán tonterías. 'Mira, ser pobres, ser humildes, ser misericordiosos no parece algo que nos lleve al éxito'. Si no tenemos el corazón abierto y si no hemos gustado el consuelo del Espíritu Santo, que es la salvación, no se entiende esto. Esta es la ley para aquellos que han sido salvados y han abierto su corazón a la salvación. Esta es la ley de los libres, con la libertad del Espíritu Santo”.


“Podemos hoy pedir al Señor la gracia de seguirlo, pero con esta libertad. Porque si nosotros queremos seguirlo sólo con nuestra libertad humana, al final nos convertiremos en hipócritas como aquellos fariseos y saduceos, los que discutían con Él. La hipocresía es eso: no dejar que el Espíritu nos cambie el corazón con su salvación. La libertad del Espíritu, la que nos da el Espíritu, también es una especie de esclavitud, una esclavitud al Señor que nos hace libres: es otra libertad. En cambio, la libertad solamente nuestra es una esclavitud, pero no al Señor, sino al espíritu del mundo. Pidamos la gracia de abrir nuestro corazón al consuelo del Espíritu Santo, para que esta consolación, que es la salvación, nos haga entender bien estos mandamientos. Así sea”.

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