Mons. Reinaldo Nann

lunes, 24 de junio de 2013

El Nacimiento de san Juan Bautista (elegidos por Dios)


Hoy celebramos el nacimiento del Bautista. San Juan es un hombre de grandes contrastes: vive el silencio del desierto, pero desde allí mueve las masas; es humilde para reconocer que él tan sólo es la voz —no la Palabra— pero es capaz de acusar y denunciar las injusticias incluso a los mismos reyes. Silencioso y humilde, es también valiente y decidido hasta derramar su sangre.

¡Juan Bautista es un gran hombre! Quizás el secreto de su grandeza está en su conciencia de saberse elegido por Dios. Toda su niñez y juventud estuvo marcada por la conciencia de su misión: dar testimonio; y lo hace bautizando a Cristo en el Jordán, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto y, al final de su vida, derramando su sangre en favor de la verdad.

—Todos nosotros, por el bautismo, hemos sido elegidos y enviados a dar testimonio del Señor. En un ambiente de indiferencia, san Juan es modelo y ayuda para nosotros.


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