Mons. Reinaldo Nann

viernes, 3 de mayo de 2013

Experiencia vivida en la Festividad de la Virgen del Buen Paso



“Que alegría cuando me dijeron vamos a la casa del señor, ya están pisando nuestros pies tus umbrales Jerusalén…”

Un Salmo que nos habla del peregrinar y que sirvió como inspiración y motivación para realizar la peregrinación hacia nuestra Virgen del Buen Paso. Y es que si nuestro caminar no va dirigido hacia el encuentro con Dios, no tendría sentido.

Hemos iniciado este año 2013 con mucho entusiasmo, con la esperanza de lograr aquellos objetivos o aquellas metas trazadas; todo esto con la ayuda de Dios.

En el marco de las celebraciones de la festividad en honor a nuestra Virgen del Buen Paso, realizado en el mes de febrero, se organizaron algunos eventos significativos como fueron las novenas, rosarios y por segundo año consecutivo la Peregrinación que partió desde la ciudad de Atico hasta Caravelí, específicamente a la capilla donde habita nuestra madre La Virgen del Buen Paso, tuvo como lema motivador: “paso a paso hacia la Virgen del Buen Paso”.


Peregrinación Virgen del Buen Paso 2012

En la peregrinación se percibió un ambiente de fraternidad, de oración, de alegría y esto porque durante el recorrido fuimos cantando, rezando, preocupándonos por el bienestar del otro, compartiendo momentos agradables, tuvimos la presencia de nuestro Obispo, Mons. Juan Carlos, que oró y nos impartió la bendición de Dios, además, la Peregrinación nos ofreció la posibilidad de reencontramos con nuestra propia historia cristiana, nuestra realidad transitoria en este mundo.

Pero la nota característica es la forma festiva y gozosa de esta peregrinación, que ha de recordarnos que nuestro peregrinar hacia Dios no debe, ni puede ser lastimoso y como nos recuerda nuestro Santo Padre Francisco; “nunca estén tristes, no nos dejemos vencer por el desánimo”.

Ahora en este mes mariano, dedicado a nuestra Madre la Virgen María, puedo decir que la peregrinación hacia la Virgen del Buen Paso, marcó un hito importante en mi vida porque lo ofrecí a la Virgen como una manera de iniciar por así decirlo mi vida vocacional en esta querida Prelatura, hecho que hizo sentir en mi corazón la acogida inmediata.

Seminarista Jaime Carrascal Quiroz

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