Mons. Reinaldo Nann

jueves, 4 de abril de 2013

La Tradición



Hoy estamos —de nuevo— en el cenáculo, donde Jesús había instituido la Eucaristía durante la Pascua. Ahí mismo —escondidos por miedo a los judíos— se reúnen los Apóstoles y se les aparece Jesucristo resucitado. Les desea la paz, les muestra su Cuerpo y les recuerda que las Escrituras anticipaban proféticamente aquellos hechos. Y lo más importante: los hace testigos de estos acontecimientos.

Después de la Ascensión, los Apóstoles predicaron lo que habían visto de primera mano. Ellos entregaron a las siguientes generaciones este testimonio. Lo hicieron oralmente, es decir, de viva voz: eso es la Tradición. Más tarde, estas enseñanzas fueron puestas por escrito, formando el Nuevo Testamento. Tradición y Sagrada Escritura forman el caudal de un único "río" (la Revelación) que durante siglos no ha parado de fluir e influir en el corazón de muchos hombres.

—Espíritu Santo, ilumíname para conocer y entender el tesoro de la Revelación con el que la Iglesia me guía y protege mi conciencia.

Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España).

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