Hoy, Jesús llama la atención sobre el hecho de que no han
entendido la multiplicación de los panes como un "signo", sino que
todo su interés se centraba en saciarse. Entendían la salvación desde un punto
de vista puramente material, y con ello rebajaban al hombre y, en realidad,
excluían a Dios. Pero, si veían el maná sólo desde el punto de vista del
saciarse, hay que considerar que el maná no era pan del cielo, sino sólo pan de
la tierra. Aunque viniera del "cielo" era alimento terrenal.
El verdadero pan del cielo, que alimenta a Israel, es
precisamente la Ley, la palabra de Dios. En la literatura sapiencial, la
sabiduría, que se hace presente en la Torá, aparece como "pan" (Pr
9,5). Israel ha reconocido cada vez con mayor claridad que la palabra de Dios es
el don fundamental y duradero de Moisés.
—Lo que realmente distingue a Israel es que —en la Ley—
conoce la voluntad de Dios y, así, el recto camino de la vida.
Fuente: master·evangeli.net
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