Mons. Reinaldo Nann

domingo, 24 de febrero de 2013

La Transfiguración: "Jesús solo" es lo que debe bastar en el camino


Hoy, el rostro de Jesús cambia y su vestido se vuelve blanco y resplandeciente, en presencia de Moisés y Elías, símbolo de la Ley y los Profetas.

A los tres discípulos que asisten a la escena les dominaba el sueño. Sólo la lucha contra el sopor permite a Pedro, Santiago y Juan "ver" la gloria de Jesús. Entonces el ritmo se acelera… Pedro habla y, mientras está hablando, una nube lo cubre a él y a los otros: los ojos ya no pueden ver, pero los oídos pueden oír la voz que sale de la nube: "Este es mi Hijo, el elegido; escuchadlo".

—Los discípulos ya no están frente a un rostro transfigurado, ni ante un vestido blanco, ni ante una nube que revela la presencia divina. Ante sus ojos está "Jesús solo": es todo lo que se les da a los discípulos y a la Iglesia de todos los tiempos; es lo que debe bastar en el camino. Él es la única voz que se debe escuchar.

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