Mons. Reinaldo Nann

jueves, 10 de enero de 2013

Revelación del origen de Jesús



Hoy, la gente de Nazaret expresa su admiración —que decantará en incredulidad— porque notan que Jesús no interpreta las palabras de la Sagrada Escritura como era habitual, sino que, con una autoridad inaudita, las refería a sí mismo y a su misión. Los oyentes se asustan de esta relación con la Escritura… y en la sinagoga el miedo acaba transformándose en oposición: "¿No es éste el carpintero, el hijo de María?".

Sin embargo, simultáneamente, se preguntaban: "¿De dónde saca todo eso? (…). ¿Y esos milagros de sus manos?" (Mc 6,2). El origen de Jesús es al mismo tiempo notorio y desconocido.

—Los Evangelios pretenden contestar a estas preguntas. Mateo comienza su Evangelio con la genealogía de Jesucristo; quiere poner bajo la luz correcta, ya desde el principio, la pregunta sobre el origen de Jesús: la genealogía es una especie de título para todo el Evangelio. Lucas, a su vez, coloca la genealogía al comienzo de la vida pública, casi como una presentación de Jesús, anticipando todo lo que luego narrará.

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