Mons. Reinaldo Nann

domingo, 16 de diciembre de 2012

Tercera semana de Adviento



El Evangelio principal que guía esta semana nos invita a la práctica de la caridad y la generosidad. La caridad es amor benevolente que desea el bien del otro. Ella nace de la consideración que tenemos del otro como un ser semejante a nosotros. Juan el Bautista se compadece de sus seguidores y los invita a seguir un camino de caridad para ser felices. También indica Juan que este camino nos prepara para la llegada del Mesías. En nuestros tiempos, ya no esperamos al Mesías como al niño recién nacido en Belén, sino que lo vemos en los hermanos necesitados y lo esperamos como Salvador y Juez Justo en su segunda venida. Por tanto, esforcémonos por practicar la caridad desinteresada y benévola que nos propone Juan el Bautista.

Acciones
Esta semana desprendámonos de algún bien que nos guste para compartirlo con el prójimo. La caridad no es compartir las sobras, sino de lo que se necesita. Es por ello que la práctica de la caridad implica un desprendimiento genuino de un bien necesario para hacer al prójimo partícipe de él.

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