Mons. Reinaldo Nann

domingo, 30 de diciembre de 2012

Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre



Hoy es importante lo que dice Lucas sobre cómo Jesús crecía no sólo en edad sino también en sabiduría. Con la respuesta del niño a sus doce años ha quedado claro, por un lado, que Él conoce al Padre —Dios— desde dentro: como Hijo, Él vive en un "tú a tú" con el Padre. Está en su presencia. Lo ve. Juan dice que Él es el unigénito, "que está en el seno del Padre", y por eso lo puede revelar.

Pero, por otro lado, también es cierto que su sabiduría crece. En cuanto hombre, no vive en una abstracta omnisciencia, sino que está arraigado en una historia concreta, en un lugar y en un tiempo, en las diferentes fases de la vida humana. Así se demuestra aquí de manera muy clara que Él ha pensado y aprendido de un modo humano.

—Aun permaneciendo el misterio, en esta narración se manifiesta concretamente que Jesucristo es verdadero hombre y verdadero Dios, tal como lo formula la fe de la Iglesia.

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