Mons. Reinaldo Nann

viernes, 14 de septiembre de 2012

Experiencias misioneras en Brasil



Luis Miguel Modino es un sacerdote joven de Madrid (España), cuarenta años cumplidos, que lleva ya seis años como misionero en la diócesis de Rui Barbosa, una inmensa diócesis de 25.000 kilómetros cuadrados en el estado brasileño de Bahía.

Luis Miguel se encarga de dos parroquias, Nuestra Senhora das Graças en Itaete y Nuestra Senhora da Gloria en Andaraí, pero no se trata de dos parroquias, como se puedan entender en las ciudades. Las dos parroquias ocupan una superficie de 3.000 kilómetros cuadrados, con más de 50 comunidades, la mayoría rurales, lo que se traduce que en un domingo normal Luis Miguel haga 200 kilómetros para celebrar tres misas y recorriendo carreteras 'poco convencionales'.

Desde diciembre Luis Miguel cuenta con la inestimable ayuda de un sacerdote brasileño que se ordenó ese mes y con un seminarista. Precisamente, cuando se le pregunta cuál es su prioridad como misioneros no duda en decir que son ellos, el sacerdote y el seminarista, porque serán quienes continúen su labor de misionero.

Una prioridad compartida por toda la diócesis, y es que la mayor parte del clero de la diócesis son misioneros italianos, españoles, el obispo es belga. Se necesitan sacerdotes, solo hay 26, y sobre todo que sean brasileños. Por eso es una alegría que todos los años se orden al menos un sacerdote en el seminario.

La siguiente prioridad es la formación de los animadores y de los catequistas que son quienes mantienen la vida de las comunidades. Se trata, dice Luis Miguel, de ayudar a la gente a entender que todos somos instrumentos de Dios, no sólo los curas…

Luis Miguel tiene su propio blog.

"Noticias Brasileñas":

En él, se pueden conocer sus inquietudes misioneras.

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