Mons. Reinaldo Nann

miércoles, 18 de julio de 2012

Misa y Rito Maronita [Líbano]


Benedicto XVI con Patriarcas Orientales

Ni secta cristiana, ni una religión misteriosa, ni una iglesia disidente, los Maronitas son una nación católica, un pueblo definido y una Iglesia particular, siempre unida a Roma, que tiene como destino providencial en el desarrollo de su historia y en la mística de sus santos.

Los Maronitas son los cristianos orientales que deben su nombre a San Marón, santo hombre, rígido defensor de la fe católica de oriente, monje modelo cuyo ejemplo siguieron numerosos discípulos.

El rito de la iglesia Maronita Católica, su liturgia, está relacionada con la tradición oriental, por eso desde su fundación y hasta el día de hoy, emplea el arameo,  idioma de nuestro Señor Jesucristo.

La ceremonia nos remonta a la tradición, espiritualidad y riqueza de los primeros cristianos, entre ellos encontramos al rito maronita que tiene su origen en el siglo V (año 410). Ha sido la única Iglesia siempre fiel y unida desde su inicio al Papa.


Como saben en la Iglesia católica y bajo la autoridad del Papa hay varios ritos católicos de distintas tradiciones e idiomas, pero todos tienen la misma doctrina, la misma fe y los mismos sacramentos. La diferencia entre el rito Romano católico, su rito, y el rito maronita, es que nosotros empleamos en nuestras celebraciones el árabe, español (en México) y el arameo. En la misa, por ejemplo, en el rito romano se da la paz antes de la comunión, nosotros lo hacemos al inicio de la segunda parte de la misa. En el rito maronita tenemos algo muy particular, y es que la consagración es siempre en arameo, idioma de Jesucristo.

Cuando el sacerdote canta las palabras de la consagración, nos trasladamos en este momento a la última cena, oyendo las palabras del Señor a sus discípulos diciendo: “Coman este es mi cuerpo, beban esta es mi sangre”. No es algo mágico, es algo que nos toca lo más hondo del corazón. Es un momento hermoso al escuchar de nuevo el eco de la voz de Cristo en la última cena.

El rito de la Iglesia maronita tiene una riqueza muy amplia y tradición de la espiritualidad de los primeros padres de la Iglesia. La espiritualidad del ascetismo, del sacrificio para que el cuerpo del ser humano sea purificado por la penitencia, la oración y el silencio.

Esta espiritualidad es una riqueza presente dentro de la Iglesia Católica romana.

La Iglesia maronita se enorgullece de preservar este rito ahí donde hay comunidades de fieles maronitas.

Les invito a participar en la ceremonia con mucha fe para enriquecer su espiritualidad para acercarse más al camino de la paz, justicia y el amor que es el camino de nuestro Señor Jesucristo.

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