Mártires de Córdoba.
Martirologio Romano: En Córdoba, en la región
hispánica de Andalucía, santos mártires Anastasio, presbítero, Félix, monje, y
Digna, virgen, que murieron el mismo día. Anastasio, por confesar su fe
cristiana ante los jueces musulmanes, fue decapitado, y con él murió también Félix,
originario de Getulia, en África del Norte, que había profesado la fe católica
y la vida monástica en Asturias. Digna, aún joven, por haber reprendido al juez
por la muerte de los dos anteriores, fue decapitada de inmediato. († 853)
San Anastasio era un sacerdote de Córdoba, hombre
venerable que había sido elevado al sacerdocio después de largos años pasados
en el estado monástico. Al día siguiente del martirio de san Fándilas, se
presentó ante los cónsules de la ciudad y atacó también él, en términos
vehementes, a los enemigos de la fe. Inmediatamente le cortaron la cabeza. Al
mismo tiempo ejecutaron a un monje llamado Félix, originario de Getulia, en
África, que había venido por azar a España; allí se había convertido y abrazado
el estado monástico. Ambos cuerpos, decapitados, se exhibieron junto al río,
como el de San Fándilas.
En la tarde de ese mismo día, martirizaron igualmente a
una joven religiosa, llamada Digna. Esta que, a causa de su profunda humildad,
se consideraba la última de todas sus hermanas, decía con frecuencia de la
manera más emocionante: «No me llaméis Digna, sino Indigna, porque mi nombre
debe expresar lo que soy». Durante un sueño vio a santa Ágata deslumbrante de
belleza y con lirios y rosas en sus manos. La santa mártir le dio una rosa
roja, exhortándola a combatir valerosamente por Cristo. Desde entonces, Digna
sintió un vivo deseo de martirio y, cuando los rumores de la ejecución de
Anastasio y de Félix llegaron hasta ella, comprendió que su hora había llegado.
Salió secretamente del monasterio y se presentó ante el juez para reprocharle
abiertamente los asesinatos que acababa de cometer con hombres sin más culpa
que la de adorar al verdadero Dios y de confesar a la Trinidad Santísima. A su
vez, Digna fue decapitada y colgada, como los mártires que le precedieron. La
Iglesia ha reunido a estos tres mártires el día 14 de junio.
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