Mons. Reinaldo Nann

viernes, 6 de abril de 2012

La Pasión de Cristo


La Oración de la Agonía


Hoy, asombrados, conmemoramos la Pasión de Jesucristo. He aquí su itinerario: el cenáculo de la Eucaristía, el Huerto de Getsemaní, los palacios de Caifás y Herodes, el pretorio de Pilatos, el Calvario de la muerte y el sepulcro. En cada uno de estos lugares, entre unos y otros, le hemos hecho sufrir.

Dios podía redimirnos de mil modos distintos. Eligió el camino del sufrimiento hasta dar la vida. "Perder la vida" es la manifestación más radical de amor. No hay improvisación: profetizado ya en el Antiguo Testamento, Jesús lo predijo varias veces; en la Última Cena nos regaló como alimento su "Cuerpo que será entregado"; en Getsemaní reza y dice "sí" a Dios-Padre. En la Cruz —plenamente consciente— vuelve a decir "SÍ", entregando con libertad y serenidad su espíritu.

—Jesús, mi Redentor, te cuidaré con mis manos, te defenderé con mis brazos, te ensalzaré con la inteligencia, te adoraré de todo corazón. Lo haré con tu —¡nuestra!— bendita Madre, Santa María.

Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España).

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