Mons. Reinaldo Nann

viernes, 13 de abril de 2012

Cristo permanece con nosotros


La pesca milagrosa


Hoy, Jesús resucitado sale al encuentro de sus amigos, los reúne y conforta con su presencia. Juan, que amaba mucho al Señor, intuye con más facilidad que es Él. Pero todos presienten que están ante la presencia de Cristo, pues han visto cómo —fiándose de su palabra— su trabajo ha obtenido un resultado extraordinario.

Igual que en los primeros tiempos del cristianismo, Jesucristo no nos deja solos. Se hace presente en medio de nosotros de manera especial cuando celebramos la santa misa, escuchando su Palabra que nos reconforta y también llenando de amor nuestro corazón con su cálida presencia recibida en una Comunión hecha con fe, devoción y limpieza de corazón. Sin Jesús la vida pierde su color y alegría; con Él todo es distinto.

—Señor, te pido que abras los ojos de mi fe para que sepa reconocer tu presencia en mi vida. Que sepa vivir a fondo el gran regalo de la Eucaristía.

Comentario: Rev. D. Joan Ant. MATEO i García (La Fuliola, Lleida, España).

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