Mons. Reinaldo Nann

sábado, 24 de marzo de 2012

Video mensaje de BXVI a Francia


Ciudad del Vaticano, 24 de marzo de 2012 (VIS).- La Conferencia Episcopal de Francia ha promovido en Lourdes -del 24 al 25 de marzo- un encuentro dedicado al tema “Alegría y esperanza, 50 años después del Concilio Vaticano II”, en que participan los obispos de ese país, 2.500 laicos, religiosos y sacerdotes de todas las diócesis francesas. Benedicto XVI ha enviado un vídeo mensaje, proyectado esta mañana en la apertura de los trabajos, del que reproducimos algunos extractos.

“El Concilio Vaticano ha sido y es un auténtico signo de Dios para nuestra época. Si sabemos leerlo y recibirlo dentro de la tradición de la Iglesia y bajo la dirección segura del Magisterio, será cada vez más una fuerza propulsora para el futuro de la Iglesia. Por eso deseo que este aniversario sea vosotros y para toda la Iglesia de Francia un motivo de renovación espiritual y pastoral”.


“Esa renovación, que se inserta en la continuidad, asume muchas formas; con motivo del año de la fe que he propuesto a toda la Iglesia, debemos conseguir que nuestra fe sea más consciente y reavivar nuestra adhesión al Evangelio. Para ello es necesaria una apertura siempre más grande a la persona de Cristo, reencontrar el placer de la Palabra de Dios, para lograr una profunda conversión de nuestro corazón y poder así caminar por las sendas del mundo proclamando el Evangelio de la esperanza a los hombres y mujeres de nuestro tiempo en un diálogo respetuoso con todos. ¡Que este tiempo de gracia haga también posible que se consolide la comunión dentro de la gran familia que es la Iglesia Católica y contribuya a restaurar la unidad entre todos los cristianos, que fue uno de los objetivos principales del Concilio!”.

“La renovación de la Iglesia pasa también a través del testimonio de la vida de los cristianos para que resplandezca la Palabra de verdad que el Señor nos dejó. Si os acercáis a los testigos de la fe, como santa Bernadette, la humilde vidente de Lourdes, Pauline Jaricot, que suscitó en la Iglesia un nuevo impulso misionero y tantos otros, que han hecho florecer la tierra de Francia, profundizaréis en el conocimiento de Cristo (…) Santa Juana de Arco, de cuyo nacimiento celebramos este año el sexto centenario, es un ejemplo luminoso; ella llevó el Evangelio a las realidades más dramáticas de la historia de Francia y de su época. Volver a descubrir la alegría de creer y el entusiasmo de comunicar la fuerza y la belleza de la fe es un desafío esencial de la nueva evangelización a la que está llamada toda la Iglesia”.

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