Mons. Reinaldo Nann

domingo, 18 de marzo de 2012

La noble misión de caridad


17-03-2012 Radio Vaticana

RV).- El Santo Padre ha escrito un mensaje en el que saluda y bendice a la OFTAL (la Obra para el Transporte de los Enfermos al santuario de Lourdes) por la noble misión de caridad. La OFTAL cumple en 2012, 80 años de actividad, aniversario que coincide con el centenario de la primera peregrinación a la Gruta de Lourdes de su fundador, Mons. Alessandro Rastelli. El mensaje del Papa ha sido leído esta mañana por el Secretario de Estado, Cardenal Tarcisio Bertone durante la misa celebrada para esta ocasión en la Basílica de San Pedro. La ceremonia contó con la presencia del Presidente General de esta institución, sacerdotes, auxiliares delegados, médicos, enfermeras, auxiliares de ambulancia, y sobre todo con algunos enfermos.


En su mensaje, Benedicto XVI dio las gracias al Señor por esta "realidad eclesial, que ha realizado en estos años un fecundo apostolado"; por todas "las iniciativas que se han llevado a cabo a favor de la promoción a la devoción a la Virgen Inmaculada, por el valioso acompañamiento y asistencia a los enfermos y por los momentos de formación espiritual al personal para sostener la noble misión de la caridad."

El Santo Padre espera que estas significativas efemérides "animen a todos a dar un testimonio cristiano más eficaz, sin dejar de producir frutos espirituales en fidelidad al carisma y a las finalidades auténticas” de esta asociación. Y esto "siempre en comunión con los obispos y la Iglesia". El Papa, en particular, saluda a los enfermos "con gran afecto" e imparte su bendición apostólica a la OFTAL.

En su homilía, el cardenal Bertone ha dicho que "esta caritativa institución al santuario de Lourdes desde hace ochenta años está al servicio de los enfermos y del mundo del sufrimiento". "En vuestro peregrinar tantas veces a Lourdes -ha dicho el secretario de estado- y en vuestra asidua oración a la Virgen Inmaculada, vosotros habéis comprendido que María acoge todas las oraciones de sus hijos". “Ninguna de nuestras palabras, ningún deseo se pierde; ninguno de nuestro sufrimiento, ninguna pena o dolor son inútiles; María recoge a todos y a todo para el altar del cielo".

ER - RV

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