Mons. Reinaldo Nann

miércoles, 28 de marzo de 2012

Festividad de Beata Juana María de Maillé

Terciaria Franciscana.

Martirologio Romano: En Tours, ciudad de Francia, beata Juana María de Maillé, la cual, al morir su esposo en la guerra, quedó reducida a la miseria y, desalojada por los suyos de su casa, vivió abandonada de todos y recluida en una pequeña celda cerca del convento de los Hermanos Menores, mendigando el pan, mas llena de confianza en el Señor.

Fecha de beatificación: Su culto fue confirmado el año 1871 por el Papa Pío IX.

La Beata Juana María de Maillé es un ejemplo ideal de mujer noble terciaria. Viuda y virgen de un valiente, el barón de Silly.

En la penitencia y en la caridad pasó su larga vida desenvolviendo una acción religiosa y patriótica en la corte de Carlos VI y entre los grandes de Francia para salvar la nación de las luchas civiles y de los ingleses.

El deseo de la vocación evangélica la impulsó al apostolado y a la penitencia solitaria por los caminos de una despojada pobreza.

Juana María de Maillé nació el 14 de abril de 1331 en el castillo de La Roche, en la diócesis de Tours. Tuvo una primera visión de la Virgen María y del Niño Jesús en 1342 y se consagró a honrar la Pasión de Cristo.


Recibió la primera educación religiosa de un Padre Franciscano, confesor de la familia; él le enseñó el amor ardiente a Cristo muerto por la salvación de la humanidad, a nuestra Señora, Madre de Dios y Madre de los hombres, y al Seráfico Pobrecillo San Francisco.

Ella se empeñó en imitar sus virtudes, especialmente el amor a la pobreza, a la humildad y a la oración, y se hizo hija suya militando entre los hermanos y las hermanas de la Penitencia de la Tercera Orden Franciscana.

Su tutor en 1347 decidió casarla con Roberto de Silly. Los dos jóvenes esposos decidieron de común acuerdo conservar la castidad y se dedicaron a socorrer a los desventurados durante la gran epidemia de peste negra en los años 1346 -1353. Roberto, capturado por los ingleses y rescatado a precio de su fortuna, murió en 1362.

Juana María, como en otro tiempo Santa Isabel de Hungría, fue expulsada brutalmente por la familia de Silly. Ella perdonó generosamente a cuantos le habían procurado tanto dolor y bendijo a Dios en el momento de la prueba.

Se retiró a Tours para dedicarse a la oración y a las buenas obras. Hizo voto de perpetua castidad en las manos del arzobispo de Tours y entró en el hospicio de los enfermos, decidida a llevar una vida sacrificada por el bien de los hermanos pobres, enfermos y necesitados, como hacían los primeros terciarios franciscanos.

Perseguida por la malevolencia de los que la rodeaban, se retiró al eremitorio de Planche de Vaux, donde llevó vida contemplativa. Obligada por las condiciones de salud a regresar a Tours en 1386, se fue a vivir junto al convento de los Cordígeros, nombre popular de los Franciscanos, y se puso bajo la dirección del Padre Martín de Bois Gaultier. Su celo la llevó varias veces a la corte de Carlos VI, el rey loco, bien a Tours, o bien a París, para intentar que corrigiera sus costumbres.

Fue favorecida con carismas místicos, era muy consultada.

Murió el 28 de Marzo de 1414.

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