Mons. Reinaldo Nann

viernes, 24 de febrero de 2012

La tradición del ayuno

Hoy, empezando la Cuaresma, recordamos los cuarenta días de ayuno que el Señor vivió en el desierto antes de emprender su misión pública. Al igual que Moisés antes de recibir las Tablas de la Ley, o que Elías antes de encontrar al Señor en el monte Horeb, Jesús orando y ayunando se preparó a su misión, cuyo inicio fue un duro enfrentamiento con el tentador.

Las Sagradas Escrituras (desde el mismo "Génesis") y toda la tradición cristiana enseñan que el ayuno es una gran ayuda para evitar el pecado y todo lo que induce a él. Por esto, en la historia de la salvación encontramos en varias ocasiones la invitación a ayunar. En el Nuevo Testamento, Jesús indica su razón profunda: el ayuno de la voluntad propia permite cumplir la voluntad del Padre celestial.

—Si Adán desobedeció la orden del Señor de "no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal", con el ayuno yo deseo someterme humildemente a Dios, confiando en su bondad y misericordia.

* Texto elaborado a partir de textos de Benedicto XVI (Master evangeli.net).

No hay comentarios:

Publicar un comentario