Mons. Reinaldo Nann

sábado, 25 de febrero de 2012

¿La hora de Somalia?


25-02-2012 Radio Vaticana

(RV).- A “la hora de Somalia” dedica nuestro director general, el P. Federico Lombardi, su editorial semanal Octava Dies del Centro Televisivo Vaticano.


En días pasados tuvo lugar en Londres una importante Conferencia internacional sobre Somalia. Todos esperan que sea un punto de partida para la reconstrucción de las instituciones estatales en el país, prácticamente ausentes desde hace más de veinte años, destruidas por la inestabilidad y por la guerra interna. Un país pobre, prácticamente abandonado por la comunidad internacional en el caos y en la violencia, donde con el tiempo se ha desarrollado también la piratería en los mares circunstantes. Guerra, carestía, miseria: los flagelos antiguos de la humanidad han encarnizado y siguen ensañándose contra poblaciones que pierden el recuerdo de la esperanza. Es difícil encontrar las cifras de las víctimas. Son demasiadas y desconocidas. Ciertamente muchísimas son niños, y los testimonios de los refugiados sobre las violencias de las milicias de Al Shabab hacen erizar la piel.

Los católicos son una ínfima minoría, en muchas zonas ni siquiera existen. Pero han tenido también ellos una bella serie de mártires, en solidaridad con el pueblo que sufre. Recordemos algunos de ellos: Mons. Colombo, último obispo residente en Mogadiscio, asesinado en 1989 cerca de la catedral; Graziella Fumagalli, voluntaria laica y médica, asesinada en su hospital en 1995; Annalena Tonelli, también ella voluntaria laica y médica, asesinada en su hospital en 2003; Sor Leonella Sgorbati, religiosa enfermera asesinada a la salida del hospital en 2006.

“Que la Iglesia entera pueda comprender y aceptar siempre –escribía Annalena pocos días antes de ser asesinada– que se puede ser aparentemente derrotados con tal de que venza el amor: ese amor que es verdad, bondad, no violencia, perdón, ríos de compasión”.

Con esta herencia espiritual queremos participar en el empeño por la reconciliación, la paz, y la reconstrucción de Somalia.

(Traducción de María Fernanda Bernasconi – RV).

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